¿Por qué el hombre se enferma?
Cada
persona tiene su propia historia y esa historia personal es el centro de referencia que condiciona su relación consigo mismo
y el entorno. Como esa historia es muy compleja, tan llena de detalles y matices particulares, ni siquiera la misma persona
conoce o es capaz de explicar su propia historia. Ya los antiguos filósofos griegos decían: “Conócete a ti mismo…”,
es decir, conoce tu historia, interpreta tu historia, porque es el paso fundamental para seguir caminando por la vida.
Cuando
una persona se enferma, la interpretación de su propia historia personal se adultera, adquiere otras dimensiones. El centro
de referencia cambia y este cambio desencadena la enfermedad. Es como si el sujeto perdiera el sentido y se mostrara de espaldas
a su propia historia. No sigue el sentido de lo que sabe que debe hacer ni sabe que siguiendo el sentido, no estaría enfermo.
Ese sentido obedece a una fuerza que existe en el universo, que da origen y mantiene todas las cosas. Esa fuerza que todos
podemos percibir a través del movimiento de las mareas, la tierra y las galaxias. Esa fuerza es el Tao.
El hombre se enferma porque no sigue el sentido
del Tao.
Para
prevenir la enfermedad el hombre tiene que aprender a moverse adecuadamente en su totalidad, evitando el estancamiento en
su desplazamiento, en su pensamiento, en su sentimiento y en sus acciones. Los principios de la salud preventiva mantienen
la conexión del hombre con su propia historia, con el universo y con el Tao.